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El ‘hub’ logístico que queremos

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logístico
Tres características que deben definir al ‘hub’ logístico: debe ser seguro, resiliente y digital. Por supuesto, hay muchos otros atributos para mantener nuestra competitividad.

 

Panamá es un país con vocación logística. Esas palabras no son al azar, ni resultan de una coyuntura puntual: son un reflejo de una realidad que hemos construido a lo largo de siglos de historia colonial y republicana, y décadas de desarrollo de un conglomerado de servicios al comercio que ha sido un referente en la región.

El mundo ha cambiado mucho desde que vimos los dos océanos unidos primero por caminos de piedra y vías fluviales, luego por nuestro ferrocarril transístmico, y –con resultados extraordinarios y transformadores— por la maravilla ingenieril que es el Canal de Panamá. Nuestra vocación logística se ha manifestado a través del desarrollo de un hub de servicios robusto y bastante completo, que poco a poco se ha ido consolidando y modernizando.

Esta modernización no puede detenerse y debe, incluso, acelerarse para ir a la par de los adelantos tecnológicos que se han dado en el comercio global. Los mismos adelantos que nos permiten comprar un producto en cualquier parte del mundo y seguir su entrega en tiempo real, obligan a que nuestro país proporcione a los usuarios de su plataforma logística mejor visibilidad, más transparencia y seguridad, y sobre todo, una capacidad de adaptar sus procesos a un portafolio de servicios más amplio, orientado a agilidad y confiabilidad en adición a un costo competitivo.

En este sentido, veo tres características que deben definir al hub logístico que queremos: debe ser seguro, resiliente y digital. Por supuesto, hay muchos otros atributos necesarios para mantener nuestra competitividad. Pero escojo estos tres, porque responden justo a tres dimensiones en las que más expuestos estamos al embate de nuestros competidores en los negocios logísticos, y en que nuestro liderazgo (regional, no global, si somos francos) puede verse en riesgo.

Nuestro hub debe ser seguro, porque cada vez vemos cómo los usuarios de nuestra plataforma logística exigen estándares más altos de calidad en la provisión de servicios, y demandan seguridad jurídica, estabilidad en sus inversiones, y también protección de la exposición que sus mercancías y sus cadenas de valor puedan tener a agentes nocivos para su operación.

El fortalecimiento de programas como el de Operador Económico Autorizado, o la promoción de estándares globales de seguridad en la cadena de suministro, pueden mejorar el posicionamiento de nuestro país ante los ojos del mundo.

También debe ser un hub resiliente, porque un mundo cambiante requiere flexibilidad y adaptabilidad. Como parte de un estudio realizado por Georgia Tech Panamá durante el último año, se identificaron casi 200 eventos entre 2016 y 2022 que afectaron el desempeño de uno o más nodos logísticos o infraestructuras conectoras de nuestra plataforma logística. Muchos fueron casi imperceptibles para la mayoría, pero son síntomas de la vulnerabilidad que poseen los sistemas complejos ante las disrupciones.

Las cadenas globales de valor demandan servicios confiables, y la propuesta de ‘nearshoring’ se fundamente justo en el deseo de los agentes coordinadores de estas cadenas globales de diversificar y mitigar sus riesgos, permitiendo producción y generación de valor agregado más cerca de los mercados meta. Si queremos capturar parte de esa oportunidad, debemos garantizar la continuidad de los sistemas y servicios, y evitar generar más disrupciones desde dentro, que las que el mundo ya ofrece a nuestros clientes más allá de nuestras fronteras.

Finalmente, nuestro hub logístico debe ser digital, porque la velocidad de los negocios y la ubicuidad de los entornos digitales lo hacen necesario. También, la digitalización es un mecanismo para inducir seguridad a los sistemas, y una herramienta para construir resiliencia, por lo que las otras dos metas antes mencionadas se benefician de un esfuerzo concertado de evolución tecnológica de nuestros procesos e instituciones.

La transformación digital no es una moda, ni algo pasajero, sino un proceso continuo y progresivamente más agresivo en una sociedad hiperconectada. La digitalización no es únicamente sobre tecnología, es un enfoque integral de optimización de procesos y fortalecimiento de nuestro recurso humano, para que podamos sacar provecho de esta agilidad y ofrecer servicios confiables y de primera calidad, a la vez que asumimos un rol de creación de nuestra propia tecnología y aprovechar la experiencia del capital humano panameño para innovar y verdaderamente ser los líderes que nuestra ‘vocación logística’ nos llama a ser. Esta es parte de nuestra visión para el sector logístico, y daremos lo mejor para que sea nuestra realidad.

Fuente: Martes Financiero

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